La mayoría de los que nacimos antes de los 90 recordamos aquellos tiempos en los que vivíamos sin teléfono celular. Actualmente se nos ha impuesto su uso casi como si fuese imprescindible. No obstante, podemos elegir formas de usarlo que minimicen sus posibles efectos perjudiciales.
Ahí van algunas sugerencias:
1.- Utiliza, en la medida de lo posible, el móvil como "teléfono de emergencia" y no como la única forma de comunicarse a diario. Si tienes teléfono fijo, úsalo siempre que puedas en lugar del móvil.
2.- Aparta unos centímetros el celular de la oreja al iniciar una llamada: es en ese momento cuando la radiación es más potente.
3.- Evita llevar el móvil cerca del corazón, los riñones o cualquier órgano vital. Si usas marcapasos, aleja el celular del pecho.
4.- No uses el móvil como despertador: compra un reloj-despertador a pilas.
5.- Intenta realizar llamadas desde espacios abiertos y con buena cobertura.
6.- Nada de comprar móviles a niños y menores de 14 años: su cerebro en formación te lo agradecerá.
7.- En tu hogar, si tienes el móvil encendido, aléjalo lo más posible de ti: aunque tengas que caminar a la hora de cogerlo, tu organismo te lo agradecerá y de paso, haces ejercicio. En general, intenta mantener el celular a metro o metro y medio de ti.
8.- Permítete experimentar (quizás durante el fin de semana) un día con el móvil apagado: seguro que no mueres en el intento y así recuerdas tu juventud, aquellos tiempos en que vivíamos "menos conectados"...
9.- Conducir hablando por el móvil, "manos libres" incluido, no es buena idea, incluso si no estuviese prohibido y sancionado.
10.- Te invito a reflexionar sobre si realmente es necesario que estemos permanentemente conectados y localizables o si más bien es algo que hemos aceptado como "normal" sin que lo sea realmente. Tú decides. Investiga. Piensa por tí mismo.
En otros artículos me extenderé sobre aspectos de funcionamiento y frecuencias de la telefonía móvil y sus perjuicios para la salud humana.
